La respiración que te ayuda a controlar la ansiedad

La respiración que te ayuda a controlar la ansiedad

Una respiración pausada y profunda tiene un intenso efecto tranquilizante que reduce la ansiedad y la depresión. Generalmente hacemos uso sólo de la tercera parte de nuestra capacidad pulmonar. Estos ejercicios te ayudarán a comprender cual es la manera para sentirte mejor en cualquier momento y en cualquier lugar:
Ejercicio 1: respiración diafragmática
Para este ejercicio debes colocar una mano en tu pecho y otra en el abdomen.
Se inspira lenta y profundamente intentando que la mano del pecho permanezca inmóvil. La mano del abdomen debe ser la única que se desplaza hacia arriba y abajo mientras respiras. Las respiraciones deben ser pausadas y profundas.
Ejercicio 2: respiración torácica
Al revés! Ahora la respiración debe centrarse en el tórax y en las costillas.Coloca una mano en la parte superior del pecho y otra en el abdomen.
Inspira lenta y profundamente. Debes apreciar como tu caja torácica se llena y se vacía y como tu abdomen permanece quieto mientras tanto.
Ejercicio 3: respiración clavicular
Este tipo de respiración puede provocar hiperventilación por lo que no debe realizarse como un entrenamiento diario. Es útil para comprobar los músculos que en ella intervienen.
Coloca una mano en tu pecho y otra en tu abdomen. Inspira lenta y profundamente, debes notar que tu abdomen y tu pecho permanecen quietos mientras que la parte superior del tórax y las clavículas se llenan de aire. Expulsa todo el aire y presta atención a cómo tu zona clavicular se vacía.
Ejercicio 4: respiración completa
Utiliza todos los músculos a la vez con el propósito de aprovechar al máximo toda tu capacidad pulmonar para relajarte y aminorar la ansiedad o depresión.
Para comenzar expulsa todo el aire de tus pulmones. Con una mano en tu pecho y otra sobre tu abdomen, inspira lentamente sintiendo como se hincha tu abdomen, luego continúa inspirando y siente como la parte alta de tu pecho y seguidamente tus clavículas se expanden. Mantén el aire durante tres segundos. Comienza a expulsar el aire por la boca sintiendo como tus clavículas se deshinchan, seguidamente el tórax y después tu abdomen.